Para Uds., niñas...

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Leyendo una alucinante revista científica (de esas que me gustan a mí y torran a otros, por cierto muy difícil de conseguir en este país lleno de revistas con culos y tetas), enteramente dedicada a tratar y discutir el tema del tiempo y los orígenes y el fin – o no - del universo, me cruzo con el tema del envejecimiento de los materiales y, por ende, de todo lo que conocemos como “materia”. Wow, a mi juego me llamaron!!

Partamos de la base que todos los elementos de la naturaleza, intrincadamente relacionados con la Segunda Ley de la Termodinámica o Ley de Entropía, envejecen.

El envejecer significa, para los elementos atómicos, convertir sus partículas en energía de radiación. A algunos elementos este proceso les lleva un instante, a algunos una eternidad.
Dicha conversión significa alcanzar un estado de equilibrio que las pondría en las mismas condiciones de equilibrio y perfección que tenían esas partículas antes de su nacimiento en el big-bang o en la singularidad que tuvo como punto de partida – se cree - nuestro universo observable.

Ya que nosotros formamos parte de ese universo y, por lo tanto, estamos compuestos de esos mismos elementos atómicos y de esas mismas partículas, se puede decir que:


El envejecimiento es siempre un viaje hacia el equilibrio perdido en el mismo instante de nuestro nacimiento.


Chicas: a decir sus edades reales que con este argumento positivo a favor de la vejez que les doy, van a dejar a más de uno boquiabierto.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante.... Igual.... Si el envejecimiento es equilibrio.... prefiero ser totalmente desequilibrada
Claro que lo mío rompe el clima científico-filosófico de la página... sorry