Chris Mann (o Neilman)


Ése es el nombre de la persona que escribió el MARAVILLOSO, PROFUNDO y DESENMARASCADOR DE EMOCIONES score del capítulo 7 de la película “Animatrix”. No es Don Davis. Ni Kenji Kawai. Ni Death in Vegas. Es Chris Mann. Por favor, que se haga justicia y se haga público su nombre y su obra.

Cuenta la historia que estaba Nano moqueando y con la garganta totalmente cerrada de tanto ver el capítulo 7 “Beyond” de la serie Animatrix, que se puso como objetivo conseguir la música de dicha historia, ese score que desestabiliza almas con ese grito desgarrador y profundamente sensible apoyado sobre un colchón de cuerdas y sintetizadores que se exhibe en el minuto 7 y pico del capítulo, en el cual Yuko, el personaje principal, descubre un mundo mágico, sorprendente y liberador al visualizar en cámara lenta el vuelo de una paloma delante de sus animeizados ojos.


Sepan que me costó un huevo y medio saber quién era el autor y dónde podía conseguir la música limpia, el track completo y sin diálogos superpuestos de la peli. En todas partes aparece Don Davis como autor de todo el score de Animatrix y los distintos artistas que participaron del proyecto escribiendo canciones (o no) que tuvieran que ver un poco con la temática del film. Nada de Chris Mann.
Así que navegando y navegando, metiéndome en foros varios e inutilizando varios intentos de hackeo de mi pc por cada foro extraño que me metía (onda el detective del capítulo siguiente “A Detective Story”), terminé en ese nombre y de ahí en adelante, sólo requirió de mí expresarle por email a este maravilloso artista las impresiones que dejó su música en mi mente y alma. Al rato, tenía su respuesta y…..el mp3 del score!!!!!!!!!! Eternamente agradecido por su generosidad.

Mr Mann logra sumar clímax y tensión espiritual a la ya de por sí profundamente trascendente historia que Koji Morimoto, después de tardarse una bocha en terminarlo y tener a los productores del film al borde de un surmenage, nos impone a fuerza de mensajes escondidos sobre nuestra humanidad, fragilidad y necesidad de explicaciones ante la realidad (o no) que nos rodea.

El score completo dura 10.44 minutos y en el corto está subdividido en varias partes, de acuerdo a cómo se va desenvolviendo la historia. Ninguno de esos 10.44 minutos tiene desperdicio.

Abunda en soft pads, bellísimos punteos acústicos y acordes disonantes menores que en ciertas partes recuerda al sonido ya registrado de Vangelis o Kitaro y va en crescendo hacia el clímax del minuto 5.20, en el que un excelentemente ubicado silencio de 5 segundos se agazapa para la explosión de belleza e inmensidad que provoca ese grito sintetizado y oriental que lo hace a uno despegarse del suelo y volar hacia el infinito.



Ahhhhh….

En fin, aprovecho para explayarme ahora sobre la historia en sí.

Mi visión sobre “Beyond” hace pie en la pequeñez humana, en la necesidad de explicaciones ante la realidad que nos toca vivir, en lo inexplicable, en lo cuán burda y monótona nos puede llegar a parecer nuestra vida y rutina diaria y el efecto magnetizador que tiene lo sobrenatural en nuestras mentes y cuerpos y que puede llegar a cambiarnos de dirección la vida y dejarnos en un point of no return irremediable.

Se funde todo esto con una historia paralela a la de Matrix en sí, donde una zona de la virtual ciudad donde vive Yuko, una adolescente solamente preocupada por su gato Yuki que sale de joda por ahí y cuya búsqueda termina llevando a Yuko hacia esa casa abandonada en medio de la ciudad donde nada es normal.
Es allí, en esa casa, donde el núcleo de la historia que Morimoto quiere contar adquiere relevancia y se funde con la historia de las Matrix. Esa “casa embrujada” donde suceden cosas extrañas, llueve sin nubes, los perros se desmaterializan, las paredes se “desconfiguran” y la gente flota y se enlentece, no es nada más que un error en el programa de la Matrix, un cacho de código que funciona mal y sólo necesita un debugging y reconfiguración. Pero para los humanos que lo viven (o sueñan), es algo fuera de lo común, algo sobrenatural, que los llama y fascina.


Yuko, llevada por unos chicos que tienen a esta casa como su “gran secreto”, termina experimentando en carne propia los efectos de dicho error en la Matrix, que le hace sentir algo inmenso y profundo, que le da la pauta de que en su vida hay bastante más de lo que se ve a simple vista.

Por supuesto, una vez que la Matrix se da cuenta de dicho error de programación, manda una manada de agentes a la zona para sellarla y poder reconfigurarla, conviertiendo la casa en una playa de estacionamiento donde nada flota ya, donde nada se reconstruye después de roto, donde la magia ya no existe.

La secuencia final del corto, con el último tramo del score lleno de pads etéreos mezclándose con el sonido de la respiración intensa y palpitante de Yuko y la sangre que sale de su dedo por haberse cortado con una lata vieja, dice tantas cosas sobre los humanos y su pequeñez que en este mismo momento, mientras escribo éstas líneas, mi piel se estremece y encrispa y una ola de calor y electricidad me invade por completo.

La música de Chris Mann envuelve toda esta historia en un halo de espiritualidad y misterio que hace que uno termine sintiéndose muy chiquitito, necesitado de respuestas y empático con la raza humana en sí. En fin, como lo hace sentir a uno toda la historia de Matrix.

Link a su página web

Gracias totales Mr Mann.

1 comentario:

Alfok dijo...

Yo tb buske este tema mucho tiempo, lo consegui 1 año despues del lanzamiento de la pelicula, cuando encontre la web de Chris, luego revise los temporales de internet explorer, y VOILA!! la busqueda termino... ^^