Una raza atolondrada

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Hoy mientras manejaba por la maldita y obsoleta panamericana pensaba en mi casa…y si, por ejemplo, se me cayera el techo encima mientras me bañaba o dormía…flor de lío tendría la arquitecta…pero bueno, mientras imaginaba eso, pensaba en lo fuerte y estable que parece la construcción…y acto seguido, en cuánto duraría así. Pensé “cómo estaría mi casa en…digamos..100.000 años? Seguiría de pie? Que habría en su lugar si no fuera así?

Acto seguido comienzo a hilar una línea de pensamiento sobre el tema del tiempo de los humanos en este planeta (todo esto mientras sigo manejando a 30km/h, garúa finito, escucho "Smäointe" de Enya y floto atrapado entre una madeja de autos y camiones) y pensaba “qué poco tiempo, analizado desde el punto de vista cósmico, ha transcurrido para la raza humana desde que adquirimos consciencia y/o inteligencia”. Pensemos que al menos nuestro sistema solar tiene 4.500 millones de años y que la historia escrita humana no se remonta mucho más allá de los 6000 años antigüedad. En 6000 años hemos hecho TODO. Hemos inventado TODO. Al Universo, en forma local, le llevó 4.000 millones de años en desarrollar toda esta diversidad y complejidad y a nosotros sólo 6000 en llegar a Marte y alcanzar los teraflops y la ingeniería molecular y clonar ovejas y el celular que saca fotos y además tiene GPS.

Estamos como atolondrados…el tema es, para qué? A quién le tenemos que ganar? Al Solcito le quedan al menos unos 4.500 millones de años más de vida…si en 6000 años hemos alcanzado todo esto, me parece que como que sigamos así nos vamos a arrebatar, no?

Extrapolemos un cacho…extendamos nuestra existencia al doble, o sea, pensemos en nosotros como raza dentro de 6000 años. Una minimini fracción dentro de los 9.000 millones que podría tener de vida solamente nuestro sistema solar. Si en 6000 años hemos avanzado tanto partiendo desde cero, desde la ignorancia y la falta total de herramientas, ahora que tenemos tantos medios y conocimiento acumulado, en los 6000 años siguientes la velocidad de los avances tendría que acelerarse exponencialmente y costarnos mucho menos de lo que les costó a nuestros maravillosos y admirables pensadores y científicos de antaño. Para qué ir tan rápido? Porqué no sentarse unos, digamos, 200 años a disfrutar de los avances y progresos y conforts, si total hay mucho, mucho tiempo por delante? Si al fin y al cabo inevitablemente, gracias a nuestra inteligencia y pasión por el descubrimiento, vamos a llegar a niveles más avanzados de tecnología tarde o temprano?

Siguiendo a este ritmo, nos vamos a consumir todos los recursos, vamos reventarnos la salud con stress y burnouts y nunca, pero nunca vamos a quedar satisfechos. Sólo tomen como ejemplo el odiado celular: cuánto tiempo están contentos con él hasta que les llega el primer “mmm…estaría bueno si pudiera escuchar unos mp3’s también…”?

Mi casa en 100.000 años probablemente no esté más en pie. Si los humanos seguimos todavía acá, tal vez el terreno donde la tengo edificada se haya hundido, inundado, cubierto de vegetación o haya un super shopping de 500 pisos encima. Qué se yo. Carl Sagan temblaba de miedo al elucubrar sobre la posibilidad de que tanto avance tecnológico atolondrado termine por autoconsumirnos, hacernos volar por los aires y borrarnos del mapa cósmico. Lo unico que quedaría de nosotros como rastro de que alguna vez existimos serían las ondas de radio y tv emitidas hasta ahora y los mensajes grabados en los discos de oro que viajan como silenciosos pasajeros de las sondas Voyager y Pioneer, flotando en el espacio interestelar, lejos de su hogar y en camino hacia algún esperanzado encuentro con algo o alguien que los encuentre.

Paremos la mano. Sentémonos un cachito a escuchar y a disfrutar sin tener que depender de las vacaciones para hacerlo. Digámosle a Intel que pare con los procesadores (que ya casi pueden hablar solitos y escuchar nuestras penas) por unos años. Dejemos los forecasts de ganancias futuras congelados y sin atención. No programemos cuánto vamos a ganar ni cuánto mejor vamos a estar en 30 años. Programemos el hoy. El mañana va a venir all the same y nos va a agarrar desprevenidos, como siempre, a pesar de nuestros incansables intentos por ganarle de mano.

Cierro todo este palabrerío salido de una mente sumamente cuestionadora, con lo que dice Palmer Joss durante una entrevista con Larry King en “Contacto”:

“La pregunta es: somos más felices? Como raza, es el mundo fundamentalmente un mejor lugar gracias a la ciencia y a la tecnología?
Compramos desde casa, navegamos la web, pero al mismo tiempo nos sentimos más vacíos, solos y más desconectados entre nosotros que en ningún otro momento de nuestra historia.

Tal vez es porque estamos buscando un significado, pero cuál es ese significado? Tenemos trabajos alienantes, nos tomamos frenéticas vacaciones, hacemos viajes al shopping financiados deficitariamente para comprar más cosas que creemos que van a llenar esos huecos en nuestras vidas. No parece como que hemos perdido nuestro sentido de la dirección?”
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